Los tres niveles de lectura a propósito del cuento breve de Khalil Gibran "Los dos ermitaños"
El texto completo:
Los dos ermitaños
En una lejana montaña vivían dos ermitaños que rendían culto a Dios y que se amaban el uno al otro.
Los dos ermitaños poseían una escudilla de barro que constituía su única posesión.
Un día, un espíritu malo entró en el corazón del ermitaño más viejo, el cual fue a ver al más joven.
- Hace ya mucho tiempo que hemos vivido juntos -le dijo-. Ha llegado la hora de separarnos. Por tanto, dividamos nuestras posesiones.
Al oírlo, el ermitaño más joven se entristeció.
- Hermano mío -dijo-, me causa pesar que tengas que dejarme. Pero si es necesario que te marches, que así sea.
Y fue por la escudilla de barro, y se la dio a su compañero, diciéndole:
- No podemos repartirla, hermano; que sea para ti.
- No acepto tu caridad -replicó el otro-. No tomaré sino lo que me pertenece. Debemos partirla.
El joven razonó:
- Si rompemos la escudilla, ¿de qué nos servirá a ti o a mí? Si te parece, propongo que la juguemos a suerte.
Pero el ermitaño persistió en su empeño.
- Sólo tomaré lo que en justicia me corresponde, y no confiaré la justicia ni mis derechos a la suerte. Debe partirse la escudilla.
El ermitaño más joven, viendo que no salían razones, dijo:
- Está bien: si tal es tu deseo, y si te niegas a aceptar la escudilla, rompámosla y repartámosla.
Y entonces el rostro del ermitaño más viejo se descompuso de ira, y gritó:
- ¡Ah, maldito cobarde! no te atreves a pelear ¿eh?
Primer nivel, la lectura comprensiva, el resumen:
ENTENDER
De manera breve Gibran nos cuenta la historia de dos ermitaños cuya única posesión era una escudilla de barro y que vivían en paz hasta que el odio entró en corazón del ermitaño más viejo. Así, decide buscar un motivo para pelear con su antiguo amigo y toma como excusa la repartición de su única posesión, la escudilla.
El ermitaño joven busca dejar marchar en paz a su antiguo amigo, ofreciéndole la escudilla y otras medidas de solución pacífica que no acepta el ermitaño viejo, hasta que vencido por la ira, desafía abiertamente al joven.
Segundo nivel, la lectura analítica, la interpretación:
DESCIFRAR
La reflexión que nos plantea Gibran gira en torno al enfrentamiento entre el amor y el odio, donde el odio permanentemente, de manera constante, asedia, cerca, acorrala al amor buscando una respuesta violenta.
Así parecería que una respuesta amorosa frente a un ataque violento pone en desventaja al que actúa desde el amor, frente a quien agrede. Pese a que el joven cede de todas las formas y concede al ermitaño viejo su voluntad no logra disuadirlo de su empeño en confrontarse. La narración nos deja en el suspenso frente a la decisión que habrá de tomar el joven frente al abierto desafío del viejo.
Cabe suponer que en caso de aceptar el desafío el joven, precisamente por su juventud, se vería en ventaja física frente al viejo, pero precisamente a este dilema es que apunta el relato de Gibran: ¿En caso de un anciano que nos agreda hasta qué punto seremos capaces de tolerarlo? ¿Es aceptable golpear a un anciano? De ser así ¿bajo qué condiciones? ¿En qué medida?
Tercer nivel, lectura crítica, la opinión:
VALORAR
En términos generales la tolerancia es la capacidad que tenemos para aceptar las ideas y comportamientos de otras personas aunque no las compartamos o nos molesten. En el ámbito social debemos reconocer que la certeza sobre ideas absolutas y sentirnos del lado de la razón son factores que nos acercan a la peligrosa aceptación y legitimación del uso de la fuerza como medio para solucionar nuestros conflictos y proteger nuestra integridad e intereses.
Lo profundo en la reflexión a la que nos invita Gibrán está en que en esta ocasión, como de seguro ocurre con frecuencia en la vida, el agresor es el más débil y sería fácil para el más fuerte hacerse a la justicia por su propia mano. Ahí es donde el relato nos cuestiona y apela la estructura de nuestros valores: ¿Seríamos capaces de agredir a una persona débil que nos agrede primero y sin causa?
El relato nos señala la grandeza de la naturaleza trascendente en el amor que nos hace entender con mayor capacidad el mundo y los conflictos que nos rodean, mostrándonos siempre las causas y las consecuencias de nuestros actos y sobre todo las alternativas que siempre surgen en el horizonte de conflictos cuando sabiamente se aprende a sortear con amor las avatares del día.
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